miércoles, 10 de octubre de 2012

NO SOLO DE HAMBRE MUERE EL HOMBRE


EL FALSO MITO DEL PBI NOS ESTRELLARÁ
CONTRA EL MURO DE LOS LÍMITES
                                                                                  entrevista a Serge Latouche, por Paolo Ghezzi

La abundancia sobria es la nueva brillante paradoja conceptual del célebre ideólogo del "decrecimiento feliz", un oximorón tan feliz que lo ha transformado en una especie de gurú protector de quienes no se conforman a la soberanía (sobre todo filosófica y económica) del Producto Bruto Interno (PBI), del spread y cualquier otra misura del bienestar.
La idea contemporánea del decrecimiento es descendiente del enunciado evangélico "no sólo de pan vive el hombre" y en ella convergen diferentes corrientes de pensamiento como la bioeconomía de Nicholas Georgescu–Roegen, el pensamiento de la convivencia planteado por Iván Illich, la ecología libertaria de Jacques Ellul y Bernard Charbonneau, el socialismo crítico de Cornelius Castoriadis y el utópico de Pierre – Joseph Proudhon y William Morris, Karl Polanyi y Marshall Sahlins y sazonada con la ética de Gandhi.
El hilo conductor es el rechazo a la idea de "progreso" como progresión geométrica, un progreso que no nos da la felicidad. El PBI no es FBI (Felicidad Bruta Interna) porque la obsesión cuantitativa del crecimiento económico devalúa tantas otras variables relacionadas a la calidad de vida, por ejemplo el PBI de un país considera los gastos militares y la deforestación como cuestiones positivas.
En suma... no solo de hambre muere el hombre

La siguiente entrevista resume y aclara el pensamiento de SergeLatouche, invitado al festival de la Economía de Trento 2012.

P.G. En Europa se aproxima una pesadilla llamada recesión. El PBI con el signo menos nos arroja hacia un pánico absoluto
S.L. El mito del PBI nos avienta hacia el muro de los límites. De otro lado se nota que la colonización del imaginario por parte del mito del PBI siempre en crecimiento es nada más que un pajazo mental.

P.G. Pero no se puede exigir a quienes vivieron la miseria perseguir el sueño del crecimiento del cual los occidentales han gozado hasta el día de ayer, me refiero a la India, la China o al Brasil.
S.L. Los pobres en todos lados desean reencontrar al menos un mínimo de calidad de vida, es justo y natural que así sea. El crecimiento de hecho que es mejor que la austeridad, la política austera es totalmente absurda -se vea Grecia o España- porque es un círculo vicioso que no resuelve nada. Pero pensar en salir de la crisis retomando el mito del crecimiento es doblemente errado.

P.G. ¿Es una ilusión peligrosa?
Orazio reflexiona ¿Qué pasa si el globo crece, crece y crece?
S.L. La tragedia de nuestro tiempo es saber que ya no podemos crecer con el ritmo que ahora sería necesario. Al menos en Europa para restablecerse y calar el preocupante porcentaje de desocupación sería necesario un crecimiento de +3% de PBI anual y esto para nosotros es imposible. Nos olvidamos con mucha facilidad que debemos afrontar más problemas de largo plazo: el fin del petróleo como energía y combustible del crecimiento, los grandes desafíos ambientales para salvar el planeta. Se necesita un cambio de paradigma a nivel cultural, social y económico ¡Me parece evidente!

P.G. Vayamos hacia horizontes más cercanos y "nacionales". Por cada 5 franceses uno ha votado por Marine Le Pen ¿Se trata de un concenso preocupante?
S.L. Desde siempre en Francia -y en Italia- más o menos un 20% de la población es tendencialmente RACISTA (por desgracia tengo que usar esta fea palabra), lo demuestra el éxito de la Liga Norte (partido cesesionista italiano). No es para escandalizarse, no es una novedad. Tantos obreros y desempleados en medio a una situación desesperada ven algo en Le Pen que les puede convencer: la idea de salir del euro o porqué no de la Europa, de realizar una política proteccionista, con un moneda nacional, anti inflacionista y poder reiniciar el propio crecimiento... el tema tiene coherencia.

P.G. Hablemos de Francia ahora que los reflectores están apuntando a un posible cambio, con Hollande al poder en lugar de Sarkozy ¿habrá alguna posibilidad de ver una política de "izquierda" para usar esta vieja pero comprensible categoría?
S.L. Creo que hay una pequeña posibilidad con Hollande pero el único premier que pudo haber realizado un verdadero programa de "izquierda" hubiera sido Laurent Fabius quien pudo resistir a la Merkel, tenía la experiencia necesaria, votó contra el Tratado Europeo pero en realidad no estoy de acuerdo con él porque de todas maneras apuesta por el crecimiento.

P.G. Pero Hollande no escogió a Fabius sino a Ayrault quien no tenía experiencia ministerial, solamente como profesor de alemán. Nadie le ofreció un "Ministerio del Decrecimiento".
S.L. (Risas) La pregunta puede tener algo de lógica para un italiano en esta etapa de profesores en el gobierno, en Francia las cosas no funcionan así, la sola idea haría reír a todos.

P.G. Entonces le haré reír un poco más... en un círculo cultural italiano se realizó un encuentro intitulado "¿Marx o Latouche?" ¿Le gusta esta alternativa así de seca?
S.L. Una falsa alternativa. Sugeriría más bien "¿Mario Monti o Latouche?" sería un título más adecuado. Ya no me defino marxista a pesar de haber pasado por el marxismo, la teoría del decrecimiento es una idea de ecosocialismo, integra toda la dimensión ambiental que le faltaba al marxismo.

P.G. De hecho el proyecto de una sociedad en decrecimiento, más allá del eslogan blasfemo, es un desafío, una provocación al igual que su libro: "Por una abundancia frugal", usted reivindica el rechazo a la cultura de un crecimiento a cualquier costo.

Jigme Singye Wangchuck introdujo la

 idea de la Felicidad Bruta Interna (FBI)

S.L. Puedo usar otras palabras para explicar el mismo concepto como mi colega Tim Jackson, profesor de desarrollo sostenible en la Universidad de Surrey, autor del ensayo Prosperity Without Growth - Economics for a Finite Planet (Prosperidad sin Crecimiento – Economía para un Planeta Finito) a pesar de nuestras palabras, conceptos y proyectos somos muy símiles: deseamos el bienestar pero continuamente nos falta la felicidad. En Italia también hay un grupo de colegas economistas que están trabajando en esa misma línea Luigino Bruni y Stefano Bartolini por ejemplo demuestran cómo la felicidad ya no se produce a partir de un cierto nivel de PBI.

P.G. Esta perspectiva de la felicidad es empeñativa tanto por la dificultad en medirla como por su incorporación en las políticas económicas.
S.L. Hay suficientes razones para adoptar esta vía. Tendremos que inventar un modelo, revalorizar la frugalidad: son los filósofos de la modernidad quienes nos explicaron que no se puede alcanzar la felicidad sin sobriedad. Si no nos ponemos límites nunca estaremos satisfechos, en cambio en la sociedad de consumo se tiene que tener y consumir siempre más y por eso uno está siempre frustrado. La publicidad nos impulsa a consumir siempre, nos vuelve insatisfechos por lo que tenemos y genera el deseo por lo que aún no poseemos.

P.G. ¿La abundancia frugal que usted propone puede ser perseguida por un solo Estado, un solo Gobierno o está relacionado a gestiones transnacionales?
S.L. Lo ideal sería cambiar el Mundo pero este objetivo universal no debe y no puede ser el pretexto para no hacer nada. Digamos que la abundancia sobria es una dirección que tomar, un rumbo más que un modelo económico definido y completo. Debemos caminar hacia esa meta que tal vez nunca será alcanzada. Esta línea puede ser tomada a nivel local (como en algunas ciudades francesas o inglesas), a nivel regional o estatal como están intentando hacerlo en Bolivia o Ecuador. Naturalmente sería mejor a nivel continental o mundial porque algunos problemas como la regulación ecológica están interconectados a nivel global.

P.G. El presidente Obama despertó muchas esperanzas en cuanto a una ecoperspectiva global ¿ahora estas esperanzas duermen?
S.L. Yo también tenía esperanzas en él pero desgraciadamente no ha realizado grandes cambios, mantuvo a Timothy Geithner como Secretario del Tesoro, un economista liberal que hace parte del Banco Mundial (con eso te darás cuenta) Obama no ha logrado realizar su programa de cambio.

P.G. Hubo malentendidos y controversisas con el concepto de decrecimiento feliz ¿Cuál cree que sea el error más frecuente en el que cae la fórmula?
S.L. Por lo general la gente no entiende que se trata de un slogan: el decrecimiento no se puede tomar al pie de la letra, sería absurdo teorizar el decreciento simplemente por hacerlo. Muchos con buenas o malas intenciones afirman que gracias a la crisis estamos decreciendo porque el PBI aparece con el signo menos adelante (-PBI) pero eso no es un buen indicador, para contrastar el declino del PBI se destruye más el medio ambiente, por un puñado de ganancias se aumenta la explotación a los trabajadores o se empeora la especulación inmobiliaria.

P.G. Abundancia frugal: debemos regresar a los valores en los que creemos, reencontrar una cierta sobriedad material que durante siglos ha sido un valor positivo ¿Qué valores debemos redescubrir?
Bombas de agua
S.L. Ante todo el sentido de la solidaridad en vez de la guerra de todos contra todos. Un poco de cooperación, el altruismo nos ayudaría a concretizar una de las primeras medidas del decrecimiento: redistribuir los ingresos económicos ahora que las desigualdades son gigantescas.

P.G. ¿Se ha vuelto a proponer la Tasa Tobin para las transacciones financieras?

S.L. No estaría mal pero es una medida de sentido común que no cambia nada si la lógica general de las cosas no cambia. Si realmente se introduce la Tasa Tobin será tarde: hemos debido hacerlo por lo menos hace 10 años.



P.G. En el libro Abundancia Frugal usted propone una fascinante re-receta, la llamamos así aliterante por sus 8 R iniciales: re-valorizar, re-conceptualizar, re-estructurar, reducir, re-utilizar, re-distribuir, re-localizar y reciclar ¿de cuál de las R sugiere comenzar?

S.L. Todas están ligadas pero en Francia la más actual y que hace coincidir Marine Le Pen con la izquierda, es la re-localización, demundializar la economía significa salir del masacro global que hemos generado y creo que nos toca a todos.


P.G. A partir del trabajo como factor humano, su pérdida o inútil búsqueda crea tragedias individuales cada vez más frecuentes.
S.L. Sí, es uno de los dramas mayormente subestimados de la globalización. Si el imperativo es reducir el gasto público y si baja la demanda general, los pequeños empresarios del Véneto terminan extrangulados y comienzan los suicidios de los obreros, los empleados y hasta de los ingenieros de France Télécom y las fábricas de automóviles.

P.G. Víctimas de la recesión, no del decrecimiento.
S.L. El decrecimiento no es la reducción cuantitativa de la producción. Es un rechazo racional de lo que no sirve. El indicador de la riqueza ya no debe ser el ingreso económico, sino la disponibilidad de bienes necesarios a satisfacer las necesidades de las personas. Sin despilfarro. La paradoja es que por ejemplo un edificio mal construido y con pérdidas de agua y electricidad hace crecer el PBI mucho más que uno bien hecho porque consume mayor cantidad de mercadería-energía.

P.G. Profesor Latouche, para el encuentro en el Festival de la Economía de Trento 2012 escogió un título que describe un drama de nuestra época: "¿Nuestros hijos nos acusarán?"
Tanke de agua
S.L. Tomé el nombre de un documental de Jean Paul Jaud pero de manera interrogativa. La sociedad del crecimiento sacrifica a la generación futura. No hemos heredado este planeta para explotarlo y se lo debemos a nuestros hijos pero la Tierra que estamos dejándoles está demasiado arruinada. Los economistas tienen una gran responsabilidad en esto porque siempre negaron el futuro y el ambiente como un patrimonio que transmitir, esclavos de la lógica de las tasas de interés que mide solamente el desprecio por el futuro. El proyecto decrecimiento es el único modo para transmitir el patrimonio-planeta a las nuevas generaciones... si es que habrán nuevas generaciones.
(Entrevista publicada en el suplemento de L'Adige 
27-05-2012 traducción del italiano por Jimmy Vera) 


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