EL
FALSO MITO DEL PBI NOS ESTRELLARÁ
CONTRA
EL MURO DE LOS LÍMITES
entrevista
a Serge Latouche, por Paolo Ghezzi
La
abundancia sobria es la nueva brillante paradoja conceptual del
célebre ideólogo del "decrecimiento feliz", un oximorón
tan feliz que lo ha transformado en una especie de gurú protector de
quienes no se conforman a la soberanía (sobre todo filosófica y
económica) del Producto Bruto Interno (PBI), del spread
y cualquier otra misura del bienestar.
La
idea contemporánea del decrecimiento es descendiente del enunciado
evangélico "no sólo de pan vive el hombre" y en ella
convergen diferentes corrientes de pensamiento como la bioeconomía
de Nicholas Georgescu–Roegen, el pensamiento de la convivencia
planteado por Iván Illich, la ecología libertaria de Jacques Ellul
y Bernard Charbonneau, el socialismo crítico de Cornelius
Castoriadis y el utópico de Pierre – Joseph Proudhon y William
Morris, Karl Polanyi y Marshall Sahlins y sazonada con la ética de
Gandhi.
El
hilo conductor es el rechazo a la idea de "progreso" como
progresión geométrica, un progreso que no nos da la felicidad. El
PBI no es FBI (Felicidad Bruta Interna) porque la obsesión
cuantitativa del crecimiento económico devalúa tantas otras
variables relacionadas a la calidad de vida, por ejemplo el PBI de un
país considera los gastos militares y la deforestación como
cuestiones positivas.
En
suma... no solo de hambre muere el hombre
La
siguiente entrevista resume y aclara el pensamiento de SergeLatouche, invitado al festival de la Economía de Trento 2012.
P.G.
En Europa se aproxima una pesadilla llamada recesión. El PBI con el
signo menos nos arroja hacia un pánico absoluto
S.L.
El mito del PBI nos avienta hacia el muro de los límites. De otro
lado se nota que la colonización del imaginario por parte del mito
del PBI siempre en crecimiento es nada más que un pajazo mental.
P.G.
Pero no se puede exigir a quienes vivieron la miseria perseguir el
sueño del crecimiento del cual los occidentales han gozado hasta el
día de ayer, me refiero a la India, la China o al Brasil.
S.L.
Los pobres en todos lados desean reencontrar al menos un mínimo de
calidad de vida, es justo y natural que así sea. El crecimiento de
hecho que es mejor que la austeridad, la política austera es
totalmente absurda -se vea Grecia o España- porque es un círculo
vicioso que no resuelve nada. Pero pensar en salir de la crisis
retomando el mito del crecimiento es doblemente errado.
P.G.
¿Es una ilusión peligrosa?
Orazio
reflexiona ¿Qué pasa si el globo crece, crece y crece?
|
S.L.
La tragedia de nuestro tiempo es saber que ya no podemos crecer con
el ritmo que ahora sería necesario. Al menos en Europa para
restablecerse y calar el preocupante porcentaje de desocupación
sería necesario un crecimiento de +3% de PBI anual y esto para
nosotros es imposible. Nos olvidamos con mucha facilidad que
debemos afrontar más problemas de largo plazo: el fin del petróleo
como energía y combustible del crecimiento, los grandes desafíos
ambientales para salvar el planeta. Se necesita un cambio de
paradigma a nivel cultural, social y económico ¡Me parece evidente!
P.G. Vayamos hacia horizontes más
cercanos y "nacionales". Por cada 5 franceses uno ha votado
por Marine Le Pen ¿Se trata de un concenso preocupante?
S.L.
Desde siempre en Francia -y en Italia- más o menos un 20% de la
población es tendencialmente RACISTA (por desgracia tengo que usar
esta fea palabra), lo demuestra el éxito de la Liga Norte (partido cesesionista italiano). No es
para escandalizarse, no es una novedad. Tantos obreros y
desempleados en medio a una situación desesperada ven algo en Le Pen
que les puede convencer: la idea de salir del euro o porqué no de la
Europa, de realizar una política proteccionista, con un moneda
nacional, anti inflacionista y poder reiniciar el propio
crecimiento... el tema tiene coherencia.
P.G.
Hablemos de Francia ahora que los reflectores están apuntando a un
posible cambio, con Hollande al poder en lugar de Sarkozy ¿habrá
alguna posibilidad de ver una política de "izquierda" para
usar esta vieja pero comprensible categoría?
S.L. Creo que hay una pequeña
posibilidad con Hollande pero el único premier que pudo haber
realizado un verdadero programa de "izquierda" hubiera sido
Laurent Fabius quien pudo resistir a la Merkel, tenía la
experiencia necesaria, votó contra el Tratado Europeo pero en
realidad no estoy de acuerdo con él porque de todas maneras apuesta
por el crecimiento.
P.G.
Pero Hollande no escogió a Fabius sino a Ayrault quien no tenía
experiencia ministerial, solamente como profesor de alemán. Nadie
le ofreció un "Ministerio del Decrecimiento".
S.L.
(Risas) La pregunta puede tener algo de lógica para un italiano en
esta etapa de profesores en el gobierno, en Francia las cosas no
funcionan así, la sola idea haría reír a todos.
P.G.
Entonces le haré reír un poco más... en un círculo cultural
italiano se realizó un encuentro intitulado "¿Marx o
Latouche?" ¿Le gusta esta alternativa así de seca?
S.L. Una falsa alternativa.
Sugeriría más bien "¿Mario Monti o Latouche?" sería un
título más adecuado. Ya no me defino marxista a pesar de haber
pasado por el marxismo, la teoría del decrecimiento es una idea de
ecosocialismo, integra toda la dimensión ambiental que le faltaba al
marxismo.
P.G.
De hecho el proyecto de una sociedad en decrecimiento, más allá
del eslogan blasfemo, es un desafío, una provocación al igual que
su libro: "Por una abundancia frugal", usted reivindica el
rechazo a la cultura de un crecimiento a cualquier costo.
Jigme Singye Wangchuck introdujo laidea de la Felicidad Bruta Interna (FBI) |
S.L.
Puedo usar otras palabras para explicar el mismo concepto como mi
colega Tim Jackson, profesor de desarrollo sostenible en la
Universidad de Surrey, autor del ensayo Prosperity Without
Growth - Economics for a Finite Planet (Prosperidad
sin Crecimiento – Economía para un Planeta Finito) a pesar de
nuestras palabras, conceptos y proyectos somos muy símiles: deseamos
el bienestar pero continuamente nos falta la felicidad. En Italia
también hay un grupo de colegas economistas que están trabajando en
esa misma línea Luigino Bruni y Stefano Bartolini por ejemplo
demuestran cómo la felicidad ya no se produce a partir de un cierto
nivel de PBI.
P.G.
Esta perspectiva de la felicidad es empeñativa tanto por la
dificultad en medirla como por su incorporación en las políticas
económicas.
S.L.
Hay suficientes razones para adoptar esta vía. Tendremos que
inventar un modelo, revalorizar la frugalidad: son los filósofos de
la modernidad quienes nos explicaron que no se puede alcanzar la
felicidad sin sobriedad. Si no nos ponemos límites
nunca estaremos satisfechos, en cambio en la sociedad de consumo se
tiene que tener y consumir siempre más y por eso uno está siempre
frustrado. La publicidad nos impulsa a consumir siempre, nos vuelve
insatisfechos por lo que tenemos y genera el deseo por lo que aún no
poseemos.
P.G.
¿La abundancia frugal que usted propone puede ser perseguida por un
solo Estado, un solo Gobierno o está relacionado a gestiones
transnacionales?
S.L.
Lo ideal sería cambiar el Mundo pero este objetivo universal no debe
y no puede ser el pretexto para no hacer nada. Digamos que la
abundancia sobria es una dirección que tomar, un rumbo más que un
modelo económico definido y completo. Debemos caminar hacia esa
meta que tal vez nunca será alcanzada. Esta línea puede ser tomada
a nivel local (como en algunas ciudades francesas o inglesas), a
nivel regional o estatal como están intentando hacerlo en Bolivia o
Ecuador. Naturalmente sería mejor a nivel continental o mundial
porque algunos problemas como la regulación ecológica están
interconectados a nivel global.
P.G.
El presidente Obama despertó muchas esperanzas en cuanto a una
ecoperspectiva global ¿ahora estas esperanzas duermen?
S.L. Yo también tenía esperanzas
en él pero desgraciadamente no ha realizado grandes cambios, mantuvo
a Timothy Geithner como Secretario del Tesoro, un economista liberal
que hace parte del Banco Mundial (con eso te darás cuenta) Obama no
ha logrado realizar su programa de cambio.
P.G.
Hubo malentendidos y controversisas con el concepto de decrecimiento
feliz ¿Cuál cree que sea el error más frecuente en el que cae
la fórmula?
S.L. Por lo general la gente no
entiende que se trata de un slogan: el decrecimiento no se
puede tomar al pie de la letra, sería absurdo teorizar el
decreciento simplemente por hacerlo. Muchos con buenas o malas
intenciones afirman que gracias a la crisis estamos decreciendo
porque el PBI aparece con el signo menos adelante (-PBI) pero eso no
es un buen indicador, para contrastar el declino del PBI se
destruye más el medio ambiente, por un puñado de ganancias se
aumenta la explotación a los trabajadores o se empeora la
especulación inmobiliaria.
P.G.
Abundancia frugal: debemos regresar a los valores en los que creemos,
reencontrar una cierta sobriedad material que durante siglos ha sido
un valor positivo ¿Qué valores debemos redescubrir?
Bombas de agua |
S.L. Ante todo el sentido de la
solidaridad en vez de la guerra de todos contra todos. Un poco de
cooperación, el altruismo nos ayudaría a concretizar una de las
primeras medidas del decrecimiento: redistribuir los ingresos
económicos ahora que las desigualdades son gigantescas.
P.G.
¿Se ha vuelto a proponer la Tasa Tobin para las transacciones
financieras?
S.L. No estaría mal pero es una
medida de sentido común que no cambia nada si la lógica general de
las cosas no cambia. Si realmente se introduce la Tasa Tobin será
tarde: hemos debido hacerlo por lo menos hace 10 años.
P.G.
En el libro Abundancia Frugal usted propone una fascinante re-receta,
la llamamos así aliterante por sus 8 R iniciales: re-valorizar,
re-conceptualizar, re-estructurar, reducir, re-utilizar,
re-distribuir, re-localizar y reciclar ¿de cuál de las R sugiere
comenzar?
S.L. Todas están ligadas pero en
Francia la más actual y que hace coincidir Marine Le Pen con la
izquierda, es la re-localización, demundializar la economía
significa salir del masacro global que hemos generado y creo que nos
toca a todos.
P.G.
A partir del trabajo como factor humano, su pérdida o inútil
búsqueda crea tragedias individuales cada vez más frecuentes.
S.L. Sí, es uno de los dramas
mayormente subestimados de la globalización. Si el imperativo es
reducir el gasto público y si baja la demanda general, los pequeños
empresarios del Véneto terminan extrangulados y comienzan los
suicidios de los obreros, los empleados y hasta de los ingenieros de
France Télécom y las fábricas de automóviles.
P.G.
Víctimas de la recesión, no del decrecimiento.
S.L. El decrecimiento no es la
reducción cuantitativa de la producción. Es un rechazo racional de
lo que no sirve. El indicador de la riqueza ya no debe ser el
ingreso económico, sino la disponibilidad de bienes necesarios a
satisfacer las necesidades de las personas. Sin despilfarro. La
paradoja es que por ejemplo un edificio mal construido y con pérdidas
de agua y electricidad hace crecer el PBI mucho más que uno bien
hecho porque consume mayor cantidad de mercadería-energía.
P.G.
Profesor Latouche, para el encuentro en el Festival de la Economía
de Trento 2012 escogió un título que describe un drama de nuestra
época: "¿Nuestros hijos nos acusarán?"
Tanke de agua |
S.L.
Tomé el nombre de un documental de Jean Paul Jaud pero de
manera interrogativa. La sociedad del crecimiento sacrifica a la
generación futura. No hemos heredado este planeta para explotarlo y
se lo debemos a nuestros hijos pero la Tierra que estamos dejándoles
está demasiado arruinada. Los economistas tienen una gran
responsabilidad en esto porque siempre negaron el futuro y el
ambiente como un patrimonio que transmitir, esclavos de la lógica de
las tasas de interés que mide solamente el desprecio por el futuro.
El proyecto decrecimiento es el único modo para transmitir el
patrimonio-planeta a las nuevas generaciones... si es que habrán
nuevas generaciones.
(Entrevista
publicada en el suplemento de L'Adige
27-05-2012 traducción del italiano por Jimmy Vera)
27-05-2012 traducción del italiano por Jimmy Vera)
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