viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Qué le sucede al hombre cuando muere? parte 10

  CODA
Un texto de François de Sales



Estamos tan abituados a identificar esta segunda perspectiva con las tradiciones indú que será bueno prestar atención al texto de San François de Sales utilizado al inicio del artículo. Todo el capítulo es importante para nuestra metáfora. Utiliza el símbolo agua para explicar la realidad de la criatura, lleva como título: “Del liquefarsi dell’anima in Dio”. (Sobre el hecho de disolver, o "licuar" el alma en Dios N.T.).
San François comienza el capítulo diciendo que “las cosas húmedas y líquidas reciben fácilmente las figuras y límites que se les quiera dar”. Deberíamos tener “un corazón derretido y licuado” por eso el Señor dice: “Yo les quitaré el corazón de piedra”[28], entonces se entiende a David cuando afirma que su corazón “es como cera fundida[29] Y continúa en la misma vena con imágenes de las aguas de la Biblia para hablarnos del alma que “sale a través de un flujo sagrado y de santa fluidez y se abandona no solo para unirse al Bienamado, sino también para sumergirse y disolverse en Él”, “engullida en su Dios”.
Al final del capítulo y como coronamiento y conclusión, se cita la metáfora de la gota de agua. El texto es de una transparencia total. La gota de agua es y por lo tanto vive en cuanto agua, su vida es la del océano. Hace referencia a San Pablo “y vivo, no yo, vive Cristo en mí[30] y menciona y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios[31].
Lo que nos interesa no es tanto el discurso de la adsorción del hombre en Dios, tema clásico de las místicas de Oriente y Occidente, sino el uso de la metáfora de las aguas y de la gota. Aquí hay símbolos grandemente interculturales. Hagamos algunas reflexiones para terminar.
Hemos asistido a la transformación de la gota que lleva a la eternidad en la primera acepción de la gota y al crecimiento de la gota hasta su explosión en el mar en una segunda acepción.

El problema de la muerte
sugiere una relación creativa
entre los diferentes sistemas de pensamiento

Podemos obtener una primera lección de esta metáfora: la necesidad de una hermenéutica apropiada a las cuestiones interculturales. Afrontar un sistema de pensamiento con categorías ajenas a este sistema no puede llevar si no solo que a malentendidos. Por otro lado si las categorías son ajenas al sistema receptor el malentendido persiste. Encontrar categorías comunes es un imperativo cultural y filosófico de nuestra época. Este estudio quiere mostrar que estas categorías no son solo conceptos si no también símbolos, donde la metáfora juega un papel importante.
La muerte es la muerte del individuo ciertamente. La especie no experimenta la muerte a pesar que la extinción de la especie humana ha entrado hoy nuevamente al orden de las posibilidades, algunos preferirán llamar probabilidades. Pero en la concepción misma del individuo existen variantes considerables: la gota del agua o el agua de la gota. Cada hipótesis tiene una coherencia interna más o menos grande y desarrolla aspectos o admite consecuencias inadmisibles para la otra hipótesis.
Una segunda lección deriva de esta metáfora: El mundo actual se encuentra en una situación intercultural y el problema de la muerte no podría ser visto bajo una sola dimensión y satisfacerse con una respuesta exclusivamente monocultural.

Los pueblos del mundo no ven, ni “viven” la muerte de la misma manera[32].  
Y todavía el número exorbitante de muertes humanas en valor absoluto y la posibilidad de la muerte colectiva, meten a la humanidad ante un problema al cual no puede escapar. Que el problema de la muerte se haya convertido tan agudo y a la moda en el mundo actual, tiene raices más profundas que las de un nuevo interés psicológico debido a una represión de la consciencia de la muerte en el mundo occidental. Puede que se trate de un instinto histórico de la humanidad en vías de extinción. Es en esta confluencia antre el problema antropológico y el cosmológico de la muerte que Oriente y el Occidente, tradición y modernidad descubren sus límites y su posible fecundación mutua.



Fotos: Pisando... o pisado (Piazzo).

El cochero sin cabeza (Brancolino).
La luna al ras del suelo (Molini di Nogaredo).



[28] Ezequiel 36,26.
[29] Salmo 22, 15. Sic (pero en realidad es: Salmo 22,14. N.T).
[30] Gálatas 2, 20.
[31] Colosenses 3,3.
[32] Panikkar, “The Time of Death: The Death of time. An Indian Reflection” en “La reflection sur la mort, actes du II Symposion de Philosophie, Athènes, 1977”.

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