sábado, 17 de agosto de 2013

A propósito de guerras, cualquier guerra... todas las guerras

Nadie hizo nada

                                                                                  C.S.I. (Consorzio Suonatori Independenti)
                                                                                 Basado en un texto de Nedžad Maksumić

Era un año fértil para el grano, como nunca antes en el pasado; había de todo en abundancia
Era un año fértil para el grano, como nunca antes en el pasado; había de todo en abundancia
Los enfermos crónicos que deseaban la muerte,
entregaron finalmente el alma a dios... el alma a dios... el alma a dios.

Durante los días de grandes temporales el cielo era rojo,
la lluvia traía consigo el polvo de los desiertos desde ultramar.
Los viejos dijeron: habrá guerra.
Los viejos dijeron: habrá guerra.
Nadie dio crédito a sus palabras y nadie hizo nada...
¡NADIE HIZO NADA!

¿Qué cosa se podía hacer contra la profecía?
Sólo cantamos por jornadas enteras...
cantamos por jornadas enteras hasta quedarnos sin voz
para poder consumir todas las viejas canciones,
para que no quede ninguna que sea ensuciada por el tiempo...
para que no quede ninguna.

Cuando ven al primer cadáver en la calle las personas voltean la cabeza,
vomitan y pierden la consciencia,
vomitan y pierden la consciencia...

Primero te tiemblan las rodillas,
luego te falta aire y te da vueltas la cabeza.
En estos casos son de gran ayuda el agua fría y ligeras cachetadas.
Si el desmayado no se reanima, echarlo de espalda y levantarle las piernas.
Si el cadáver de ese día era su pariente o su vecino,
no permitir que se acerque a mirarlo:
las heridas causadas por las granadas son generalemente causa de un nuevo desmayo...
las heridas causadas por las granadas son generalemente causa de un nuevo desmayo
y no se tiene tanto tiempo a disposición, NUNCA.
No se tiene tanto tiempo a disposición, NUNCA.

Es recomendable llorar...
Es recomendable llorar...
Es recomendable llorar... hace bien al corazón
pero ni siquiera para esto hay mucho tiempo.
Nunca hay mucho tiempo a disposición

Si la ciudad está bajo asedio, es necesario mandar
a los más valientes a traer sacos de plástico opacos para los cadáveres.
Si éstos no regresan, es necesario envolver a los muertos en sábanas blancas.
Les recomiendo: cubrir los muertos, en los sacos apropiados o en sábanas blancas,
no se les puede sepultar sin ellos.
No es recomendable sepultarlos sin ellos,
porque hace que se difunda el pánico,
hace que se difunda el pánico:
el miedo a la muerte se vuelve fácilmente
en miedo a terminar sepultados de la misma forma,
sin un trapo blanco o sin un pedazo de plástico negro en torno.

La sepultura se realiza de noche, SIEMPRE,
recuérdalo: la sepultura se realiza de noche,
por motivos de seguridad, por eso antes de la sepultura,
es necesario asegurarse bien la identidad del sepultado
en el caso de los cuerpos fragmentados es necesario establecer con precisión los pedazos que pertenecen a cada cuerpo.
Si se verifican igualmente errores es mejor evitar admitirlo:
NUNCA SE DEBE ADMITIR UN ERROR,
tanto, para los muertos da igual.

Si es que cerca de la persona que ha sido sepultada, en el lugar de la masacre, se encuentran algunas partes del cuerpo, pero ya se hizo la sepultura, no se deben botar los restos al tacho de basura... no se deben botar los restos al tacho de basura,
porque por lo general llegan los perros hambrientos...
llegan los perros hambrientos.

Lo mejor, si uno tiene tiempo y ganas, es recoger en una bolsa todo
lo que ha quedado, y enterrarlo en la superficie cercana a la tumba.
Es necesario estar atentos a que los familiares no se den cuenta porque ellos conciben el cadáver como una totalidad y tal fragmentación representaría para ellos una nueva y dolorosa frustación.

En guerra nadie está loco, o al menos, no se puede decir eso de nadie.
Muchos de los que estaban locos antes de la guerra,
durante la guerra se comportan muy bien,
como valientes combatientes.
Y están convencidos de las ideas de sus jefes.

En guerra nadie es inteligente: no debes creer en la verdad de nadie.
Las largas disquisiciones acerca de la insensatez de la guerra del profesor de otrora,
en un palpitar de ojos se transforman en un salvaje grito de guerra,
apenas se entera que su pequeño está allá abajo, muerto en la calle.

No te acuerdes de nada.
Intenta dormir sin sueño.
Tienes que adornarte con amuletos
y tener fe en el hecho que alguien te ayudará.
Ten fe en cualquier sueño.
Ten fe en cualquier seño.
Escucha atentamente tu vientre... tu vientre: ¡LA PANZA!

Actúa según tus sensaciones:
si crees que no debes tomar esa calle, ve por otra.
¡Confía!
No debes tener miedo a nada,
el miedo genera miedo... el miedo genera miedo,
te bloquea.
Debes creer firmemente que fuiste elegido para sobrevivir.

No dejes trabajos hechos a medias.
Paga tus deudas.
Debes estar limpio, siempre.
No hagas nuevas amistades,
ya con las antiguas tendrás suficientes preocupaciones.
Protege los recuerdos: las fotografías,
las pruebas escritas del hecho que alguna vez has existido.

Si todo se quema lo perderás todo.
Si cogen todas tus cosas tendrás que demostrarte a ti mismo
que alguna vez tú fuiste.
Recoge todo dentro de los sacos de plástico,
entiérralos en la tierra,
tápialos en las paredes.
Esconde.
Y sólo a tus seres queridos revela el mapa para encontrar el tesoro.

No te aferres a las cosas, no te aferres a la tierra,
no te aferres a los muros, no te aferres a las casas, a las joyas,
los automóviles, los objetos de arte, a las bibliotecas.
Transforma en dinero todo lo que todavía tiene un precio...
Transforma en dinero todo lo que todavía tiene un precio,
pero no te aferres al dinero.
Apenas puedas, cámbialo por tu libertad.
Apenas puedas cámbialo por tu libertad.

¡Te servirá: para cambiarlo por tu libertad.





Taducido del italiano por Jimmy Vera

         

1 comentario:

  1. Gracias Jimmy.
    Me agrada mucho descubrir a los compañeros de ruta, independientes, sòlidos y valientes. Estamos ante el universo oteando su maravilla y sintiendo su infinitud, ahora, porque despuès nos uniremos a la nada, maravillados por haber vivido.

    Un abrazo.
    Carlos Rado Yañez

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