jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Qué le sucede al hombre cuando muere? parte 7

¿Qué es el hombre?

La respuesta de las religiones tradicionales

es la llamada “seglar”

en el esquema individualista



El problema continúa ¿qué cosa es el hombre, la gota de agua o el agua de la gota?

En el primer caso, cuando el hombre es concebido como gota, osea como singularidad, como tensión superficial que lo separa de todo el resto, como una mónada, entonces el ser del hombre desaparece al momento de su muerte, y esta es la gran tragedia. Es necesario por lo tanto luchar contra ella a todo costo.

Aquí hay dos maneras principales de ir contra la muerte, la lucha tradicionalmente religiosa, y la lucha que hoy se llama seglar (laico, no religioso N.T.)

La lucha religiosa en este esquema es individualista en el primer caso, consiste en postular

una vida ulterior, más auténtica y definitiva. La gota desaparece, no se puede negarlo, pero puede nacer otra vez, sea como gota cristalizada y eterna en una de las diversas concepciones del cielo o como otra gota en una nueva forma de vida temporal. Este es el campo de las religiones tradicionales. Se pueden distinguir dos tipos: el tipo de religiones que aceptando una unicidad espacio-temporal, hacen resucitar la gota en la eternidad, y el tipo de religiones que aceptan la repetición cósmica de la existencia. Las primeras anuncian una especie de mutación en un plano absolutamente superior al de la existencia humana. Las segundas anuncian una ley de generaciones o transmigraciones sucesivas: la ley del karma. Las religiones de este último tipo añaden que en un cierto momento –poniéndose fin a un proceso más o menos determinado- se puede hasta saltar el ciclo de los nacimientos para llegar a la trascendencia del primer tipo, pero con una diferencia fundamental. Las religiones del primer tipo quieren, en general, salvar la individualidad hasta la otra orilla, mientras que las segundas, en su mayor parte consideran la individualidad únicamente como la característica del orden temporal del samsāra.

En realidad el segundo tipo no considera al hombre como una gota sino por el tiempo de su existencia en este universo temporal, pertenece en definitiva al segundo caso (el agua de la gota) todavía por describir.

La fe en otra vida, en otro mundo, es un consuelo positivo y eficaz para quienes la profesan ya que “caminando en este valle de lágrimas”, se asumen la responsabilidad del universo entero en vista de una existencia mejor, se convierte en destructiva o paralizante de las iniciativas humanas a los ojos de los que perdieron esa fe. Cuando “la otra vida” se separa de “esta vida”, en manera que se pueda ganarla independientemente de las “obras” en este mundo, este último es abandonado a su propio destino, y la religión se convierte en el opio tan bien conocido que tal vez alivie el dolor individual, pero resulta nocivo a la larga y su efecto es aletargante.

Así sería el esbozo de una respuesta seglar (laica): No hay otra vida y el individuo debe vivir sin más esperanza que la de mejorar, en lo posible su condición humana. Pero la muerte grita que el proyecto “hombre” no está (¿todavía?) cumplido. La lucha contra la muerte está animada por un impulso religioso. Sin este impulso se puede estar drogados del opio del egoismo y de la inactividad. Al fondo, la lucha del seglarismo contra la muerte puede ser tan religiosa como en la primera[19].

De todas maneras, en todos estos casos es necesario salvar a toda costa la gota de agua con el fin de que la gota sea el clan, la tribu, el pueblo elegido y no únicamente el individuo. La postura fundamental es esta: O algún otro mundo con gotas cristalizadas en inmortalidad celeste, o este mundo llamado a convertirse en paraíso, aunque las generaciones constructoras de la “sociedad perfecta” deban ser sacrificadas: “Los constructores morirán pero la ciudad será edificada”.[20]


Fotos: Los Dolomitis, Le Pale di San Martino.

Pueblo de Moena donde hasta ahora se habla el ladino.


[19] Aquí debemos aclarar una cuestión semántica. ¿Debemos llamar “religión” solamente a un tipo de último comportamiento del hombre ante la realidad o la religión es el género y no la diferencia específica? Panikkar: “Have religions the monopoly on religion?” en Journal of Ecumenical Studies.

[20] Subrayamos muy significativo que esta frase pueda aplicarse a todas las religiones abramíticas: judaísmo, cristianismo, islamismo, marxismo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Tienes algo que decirnos?